Cita:

"Todo necio confunde valor y precio".
Antonio Machado
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viernes, 9 de octubre de 2015

LA CARIDAD EN SOMBRAS

Después de una larga travesía, he logrado editar mi novela La caridad en sombras. Un sueño que se hace realidad. Un proyecto muy personal que quiero compartir con vosotros. Gracias por vuestra complicidad.

lunes, 10 de noviembre de 2014

FELICIDADES

Estuvo demasiado tiempo sin mirar el calendario sin tener consciencia del paso del tiempo, como si no le importase que cada nuevo atardecer le sorprendiera sin haber hecho nada, simplemente esperaba pero no sabía qué.
Como una revelación inesperada, supo que sólo un tren podría sacarle de aquel túnel largamente oscuro, y al llegar al otro lado comenzó a presentir una luz nueva camuflada en un halo de lánguida melancolía. Aquella noche pasó descuidadamente por delante del espejo del salón, y entendió los estragos que en él se habían instalado hasta el punto de no reconocerse así mismo.
Sería otra tarde, de una implacable primavera cuando descubrió que sus manos guardaban la memoria de un cuerpo nuevo que parecía soñado. Entonces fue permitiendo que por la borda de sus ojos se arrojase toda el agua que llevaba ahogándole tanto tiempo.
De madrugada se vio reflejado en el atrayente blanco de la luna llena para comprobar que todo en él había comenzado a mutar, y que la transformación, lenta pero inexorable, le haría encontrarse con lo mejor de él, con incluso aquello que no sospechaba que existiera.
El milagro tenía un nombre y un corazón de mujer. Seis letras, tres ciudades, dos almas para amar, un sueño por habitar.
Felicidades en plural.

domingo, 28 de julio de 2013

SEIS LETRAS, UN SOLO NOMBRE


Seis letras, un solo nombre,
mil razones silenciadas
y cientos de sensaciones.
Números para quererte
que ya no entienden de cifras
cuando se enfrentan humildes
a tu grandeza incontable.
Dígitos inexplicables
de una métrica embustera,
que busca cuadrar los versos
cual si un poema bastara,
para cantar tus encantos
que tienden al infinito.
Por eso escojo las letras
rendido ya a la evidencia
de que las ciencias exactas
no explicarán el secreto
que habita en dos corazones.

RAFAEL MÉRIDA JUAN
© 2013



miércoles, 11 de abril de 2012

LISBOA

Tu piel en apariencia decadente sólo acumuula sapiencia y en tus curtidos y encallecidos brazos de historia milenaria, se mece una corriente que no es sólo río, un mar que no es sólo océano, un pasado que no es sólo olvido.
Y son tus aires elegantes los que llenan de nostalgia al viajero que por siempre permanecerá enamorado de los fados de Alfama, del barroquismo de los Jerónimos, de la aventura de los Descubridores de Belem, de la poesía de Pessoa y las novelas de Saramago.
Me fundí con tus calles de empinadas atalayas, empedrados imposibles y tranvías legendarios con destino a la Estrela. El amor iba conmigo lleno de verdades que no son sólo realidades, promesas no necesitadas que no son sólo palabras, y tú Lisboa, pusiste los escenarios que no son sólo magia.

jueves, 8 de marzo de 2012

MUJER TENÍA QUE SER

Pues sí, no podía ser de otra manera, mujer tenía que ser la que me trajo al mundo y me ha ido enseñando cosas sencillas que parecen, a juzgar por el entorno, difíciles de entender y aún hoy, cuando es ella la que lo necesita, sigue empeñada en cuidarme.
Mujer tenía que ser la que me hizo descubrir un mundo de sensaciones, no por naturales y esperadas, menos maravillosas, decidiendo de paso unir su destino al mío mientras nuestros corazones siguieran latiendo con el mismo son.
Mujer tenía que ser la que consiguiese mezclar, en la dosis justa, un poco de enajenación, algo de extravío, con los colores, los abrazos, los besos inigualables y el calor de un cuerpo del que no se retorna, para hacer de mi un enamorado permanente y sin remedio que seguirá clavándose todas las espinas y disfrutando todos los cielos.
Mujer tenía que ser la que desde su cordura pusiera calma en mis desvaríos y desde su locura pintara ilusiones reales, pequeños paréntesis llenos de todo, en el lienzo de mi vida.
Mujer tenía que ser la que sin ver creyó en mí, la que sin recibir dio incluso lo inesperado, la que esperó cuando no había nada que esperar, la que escuchó lo que no dije y no quiso oír lo que intenté explicar.
Mujeres tenían que ser, las que con diferentes matices, me preguntasen cómo estaba y se parasen a oír la contestación dejando gotas de sus esencias inimitables, las que leyesen mis escritos y escuchasen mis palabras, las que motivaron mis gestos y recogieron mis caricias, las que visitan, de forma mayoritaria, este rincón que es mi desahogo.
Y por último, mujer tenía que ser, la que diese sentido a todo, la que promete prolongar mi mirada, mis sentidos, también quizás mis defectos, la que llena todos mis momentos, la que llegó, hace justo ocho años, para dar respuesta a todas mis preguntas, incluidas las que aún no me he formulado.

Gracias a todas.

RAFAEL MÉRIDA JUAN

(Texto publicado en Libro de Arena el 7 de junio de 2010)

viernes, 24 de febrero de 2012

LUNARES Y ESTRELLAS

Hay noches en las que me bebería la botella de güisqui que ya no tengo por el simple placer de verla vacía y para no reconocer, a la mañana siguiente, quién escribió los renglones torcidos que llevan mi firma.
Sin embargo hace tiempo que mi embriaguez proviene de la droga legalizada que en forma de lunares recorre una espalda cuya dueña ignora, la hermosura de la constelación en la que ando enredado desde la primera vez que la contemplé una madrugada de otro febrero.
En cielos de nubes pintadas con la tinta de unas lágrimas se fueron forjando las poderosas tormentas que siempre acaban descargando sus chaparrones de caricias sobre una piel que llevaba demasiado tiempo en barbecho.
Y siempre son estrellas, de mar, de cielo o de vida las que marcan el camino que seguirán unos pies aún ansiosos, siempre errantes; los mismos, que ya dejaron demasiadas huellas sobre la arena de un atardecer hecho de palabras.

lunes, 30 de enero de 2012

HACIENDO EL AMOR

Estoy tranquilo, sosegado, viendo pasar las horas con tanta calma que el tiempo parece no caminar, mis dedos tocan el frío translúcido del vaso de cristal tallado y el oro líquido con sabor a güisqui no logra ocultar el regusto de tus besos. Tus manos acarician mi espalda posándose apenas suavemente, y a pesar de ello van dejando marcas y huellas que ya nadie podrá borrar.
Estoy echado en tu regazo y todo el aroma de tu cuerpo sigue invitándome a abandonar la languidez del nebuloso estío, tus pechos se inclinan hacia mí con el descuido nada fortuito del deseo.
Una sonrisa pasa llena de la inocente mirada de quien da sentido a mi vida. Su gracia, regalada que no heredada, permanece flotando en la brisa almibarada de la tarde.
De forma amortiguada Serrat, siempre Serrat, canta su "Soneto a mamá" y mis labios se adelantan a cada nota saboreando la letra que ya de usada forma parte de mí. La música llega al túnel de su silencio y tú empiezas a recitar un viejo poema de Neruda "Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda el viento...". Cuando dejas caer el último verso una lágrima inicia su recorrido a través de mi rostro, soy la persona más dichosa, todo me ha sido revelado, no necesito dioses ni fortunas, la riqueza habita en mi corazón, así se hace el amor.

martes, 3 de enero de 2012

CAMINANDO

Me adentro en parajes misteriosos que nunca pude imaginar. A cada paso siento más próximos detalles que configuraron otra historia que intento asimilar a la mía y sigo huellas que otros dejaron en postales que nunca serán de nadie a pesar de estar guardadas en las latas de membrillo de memorias disidentes.
Mares y lugares en los que se perdieron otros labios, otras promesas, otros sueños. Una estrella de cinco puntas y nombre sin apellidos que siempre seguirá brillando, otra de mar asida para siempre a una piel y una que sonríe con la picardía y la inocencia a un tiempo de sus pocos pero suficientes años.
Ayeres sin los que no se puede entender el presente. Miedos infantiles disfrazados, rostros y nombres con significados traducidos en miradas extraviadas y silencios que tanto gritan.
Búsquedas y pisadas que quieren dejar atrás melancolías y soledades, rarezas y singularidades de fotos en blanco y negro.
Miedo a las palabras huecas, las dependencias suicidas y las necesidades inventadas, a los destinos del azar.
Me quedo con la esbelta figura que sigue siendo capaz de sobreponerse a cada desencanto, a cada incomprensión, me quedo con la voluntad de quien sabe tanto y no deja de aprender, de quien ha crecido y hoy sigue proyectando una sombra inmensa y nada ambigua que tantos siguen buscando.
Su mirada es profunda, lánguida, melancólica, misteriosa, enigmática, traviesa, burlona, seductora, contundente, temerosa, confiada. Su mirada es mi camino y queda mucho por andar…

lunes, 17 de octubre de 2011

NUEVE MESES

Nueve meses lleva el fruto madurando y aún hoy siguen cayendo los velos que cubren el misterio permanente que en ti reside y a mí me fascina, sigo descubriendo el universo sentimental de tu alma, la inmensidad oceánica de tu corazón y la geografía embriagadora de tu cuerpo. Nada está por estrenar y todo es nuevo a cada instante junto a ti.
Doscientos setenta y cuatro días para reafirmarme, momento a momento, que quiero quedarme a vivir colgado de tus pestañas, asido a tus pechos turgentes, pegado a tus labios insondables, hipnotizado entre tus caderas.
Seis mil quinientas setenta y seis horas de continuo crecimiento, de aprender, de mirarme en ti y saber, qué quiero ser de mayor y sobre todo con quién quiero ser y estar.
Por todo ello te sigo convocando y te espero en la mirada, en la sonrisa y en la risa, en las palabras y en el silencio, en las caricias, en los besos, en el éxtasis, en las realidades y en las no promesas, en la compañía de los otros y en la soledad de nosotros, en los ayeres que han propiciado el hoy, en los sueños, en las vigilias, en las intenciones y los pensamientos, en lo posible y lo imposible, en las acciones y los deseos, en la libertad que siento estando preso de ti, en la honestidad, en la tranquilidad de un mar que nunca está sereno pero en el que me siento confiado, en la necesidad, en el camino, el viento, el aire, el sol, la lluvia, el agua, en una palabra, en la vida.


RAFAEL MÉRIDA JUAN
© 2011


FOTOGRAFÍA TOMADA DE http://loscuatroelementos.files.wordpress.com/2007/12/velos-900.jpg

lunes, 19 de septiembre de 2011

ELLA

De su mano el mundo parece transparente y fluido como el agua. En sus ojos permanece sugerente una secreta nostalgia que habla sin dar explicaciones de cuanto contiene y que invita a perderse en el misterio de su brillo. Sus caderas, moldeadas con la nieve de los inviernos perpetuos de las cimas, guarda sin embargo un calor que abriga simplemente al poder contemplarlas. Su boca es un manantial nacido de los vergeles milenarios del mejor Al Andalus en el que uno se arroja sin precaución con la vocación plena de querer ahogarse.
Sus pechos embriagan como un vino fermentado con las vides de un impaciente otoño y enajenan los sentidos que ante ella, paradójicamente, al mismo tiempo que se confunden se elevan al máximo exponente.
Su sexo, en aparente quietud, es un volcán en permanente erupción cuya lava arrastra todas las corrientes hasta confundirse con los ríos de la vida que en ella se buscan.
Y han sido sus palabras, sus silencios, sus gestos, sus temores y alegrías, los que han inundado con la intensidad de una imparable tormenta, los pretéritos surcos yermos de mi piel.
Asomarse a su corazón es contemplar, con el balcón abierto de par en par, el mejor paisaje que ni siquiera mis sueños se atrevieron a colorear y transitar por su alma, el sendero ideal para encontrar el sentido con el que llenar de definiciones la palabra amor.

© Rafael Mérida Juan
Septiembre de 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

HOY HA VUELTO

Hoy ha vuelto la lluvia como un epílogo del verano, como un preludio del otoño, ahogando el sopor de los repetidos días del estío y silenciando el cadencioso cantar de las chicharras.
Hoy ha vuelto septiembre con su traje nuevo de niño temeroso y a un tiempo ilusionado ante un nuevo curso de vida y madurez que irá alejando la inolvidable sensación de seguir creyendo que todo es posible.
Hoy ha vuelto la maestra, como una niña grande que sigue aprendiendo, a pasear sus ojos por un aula vacía que pronto se llenará de sonidos y miradas asombradas de vértigo infantil.
Hoy ha vuelto a caer del calendario otra hoja mientras seguimos sin saber si son más las arrancadas o las que aún esperan nuestra mano temblorosa e interrogante ante lo que vendrá.
Hoy han vuelto las letras a querer mezclarse con mis latidos hasta llegar a confundirme y no saber si ellas me hicieron a mí o yo las hice a ellas.
Hoy ha vuelto la sensación, la fe, el credo que llevo a gala prendido en mi alma y que me hace dudar de todo y apostar al mismo tiempo el poco patrimonio que poseo a ese cuadrito del tapete en el que pone Amor con mayúsculas…y siempre gano.

domingo, 21 de noviembre de 2010

RECUERDO


Recuerdo aquel día en el que las aceras comenzaron a poblarse de pisadas ilusionadas, aquella tarde en la que los árboles se habían vestido pudorosamente, cambiando el escenario de una ciudad que parecía querer abandonar las taquicardias insulsas de su erróneo progreso.
Recuerdo que la noche se esfumó rebelándose contra el tiempo de las sombras, fue cuando las palabras ya habían callado todos sus silencios y nuestras almas habían despedido los abrazos eternos que se habían quedado en las promesas de los otros.
Recuerdo unos labios entreabiertos a medio camino entre el asombro de lo inesperado y la incredulidad de los milagros, los mismos que después se extraviaron en laberínticos humedales cuya salida no querían hallar.
Recuerdo tu cuerpo con vocación de secreto, poblado de heridas disimuladas que se mimetizaban con la luz inviolable de lo que parecía inmaculado y el éxtasis que inundó de respuestas las preguntas de la duda, que ahogó con su imparable marea las abstractas culpas de la evidencia de dos latidos.
Recuerdo la paz de mis ojos ciegos que sólo veían por ti mientras duró aquella guerra inacabada que hoy todavía sigue dejando víctimas de amor por el camino, y cómo no recordar la casi imposible escarcha del agosto más abrasador, las huellas veloces de tus pies en plena huida sobre la arena de tu playa y los golpes de tos que desterraron mis besos para siempre.
Y sin embargo amnesia deben tener mis sentidos, pues no recuerdo haber escrito ninguna frase en la que tú no asomaras, ni recuerdo que mis manos hayan explorado otros rincones que los tuyos, ni en mi paladar rememoro otro sabor que el de tu boca, ni parece llegar hasta mí otro olor que el de tu deseo, ni logro rescatar otro sonido que el de tu placer, ni mi vista tiene archivada otra memoria con perfiles diferentes a los de tu rostro.
Estoy solo y recuerdo, estoy contigo y olvido.