Cita:

"Todo necio confunde valor y precio".
Antonio Machado

lunes, 25 de abril de 2011

CONCLUSIÓN

Ha concluido una Semana Santa diferente. Todas supongo que son diferentes. Demasiado húmeda, casi otoñal, por decirlo de un modo suave, pero hoy he tratado de ponerlo todo un poco en orden, de volver a la rutina sin nostalgia y así he podido descubrir las cosas que han quedado.
Me he encontrado con un rito, no por repetido menos hermoso, con la belleza caminando por la calle como quien no es consciente de que la posee, con la ilusión prendida de muchas miradas y latiendo en mi corazón.
Con sonidos que no esperaba y silencios no invitados, con presencias fortuitas y ausencias inevitables. Con un tren de ida y otro de vuelta. Con citas ineludibles que se pierden en el tiempo.
Alguien se ha dejado entre mis cosas un encendedor amarillo, una carta maravillosa dirigida no sé a quien pero que me ha hecho llorar de emoción, cuarenta euros que no valen nada, un montón de besos y caricias desparramados, un olor impregnado entre mis sábanas, trozos inmensos y valiosos de un corazón, brillos de un alma, alguna lágrima furtiva, un manojo de risas regaladas, latidos que dieron ritmo a mis pausas indolentes, confesiones, preguntas, respuestas, vértigo, deseo, sueños recitados a dos voces, realidades compartidas, regalos impagables.
Y alguien, después de tanta lluvia, me ha dejado un arco iris que sigue tiñendo mi vida de colores y ante eso ya no valen mis palabras, ni siquiera mis gestos o mis hechos porque siempre seguiré teniendo una deuda, otra más que se acumula en la cuenta de mi vida.

miércoles, 13 de abril de 2011

SUEÑOS Y REALIDAD


El sueño se hizo realidad. Fueron muchos los que remaron para que la nao llegara a buen puerto, tantos que sería interminable citarles aquí.
El pasado viernes presenté mi primer poemario en un acto entrañable e inolvidable celebrado en La Casa del Libro de Sevilla.
Mi mayor tesoro fue ver reunida a tanta gente a la que quiero y que han configurado mi vida hasta el día de hoy. También hubo quien no pudo acudir por causas de fuerza mayor pero que de algún modo se hicieron notar.
Llorar de alegría fue el sentimiento que me embargó de modo especial al sentir tan cerca a quienes quiero y he querido, a mi familia, a mis amigos de toda la vida y a otros que se han incorporado más tarde pero con la misma intensidad y a compañeros de diferentes ámbitos.
Tuve la suerte de verme arropado por mi amigo y compañero Fran Picón, poeta zaragozano, y contar con la presentación generosa y brillante de la gran Nerea Riesco.
A todos GRACIAS por compartir mi sueño, por hacerlo más bello de lo imaginado y por creer en mí.
Os quiero.