Hay noches en las que me bebería la botella de güisqui que ya no tengo por el simple placer de verla vacía y para no reconocer, a la mañana siguiente, quién escribió los renglones torcidos que llevan mi firma.
Sin embargo hace tiempo que mi embriaguez proviene de la droga legalizada que en forma de lunares recorre una espalda cuya dueña ignora, la hermosura de la constelación en la que ando enredado desde la primera vez que la contemplé una madrugada de otro febrero.
En cielos de nubes pintadas con la tinta de unas lágrimas se fueron forjando las poderosas tormentas que siempre acaban descargando sus chaparrones de caricias sobre una piel que llevaba demasiado tiempo en barbecho.
Y siempre son estrellas, de mar, de cielo o de vida las que marcan el camino que seguirán unos pies aún ansiosos, siempre errantes; los mismos, que ya dejaron demasiadas huellas sobre la arena de un atardecer hecho de palabras.
4 comentarios:
Es precioso ver como de unas cuantas estrellas y lunares tu sigues haciendo poesia.Me alegra mucho que tu vida este llena de esas constelaciones que dan luz a los dias.Un abrazo,amigo Rafa
Gracias Erato por seguir visitando este rincón y dejar tus palabras. Otro abrazo grande para ti.
Haces poesía de unos lunares, tu manera de transmitir me parece algo mágica y envuelta en belleza.
Mi felicitación por tu manera de transmitir.
Muchas gracias María por tu visita y tus palabras. Bienvenida a este rincón. Un saludo.
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