Cita:

"Todo necio confunde valor y precio".
Antonio Machado

jueves, 28 de junio de 2012

AFORTUNADO

Soy afortunado. Son muchos los que llaman a su puerta buscando el consejo, la mano tendida, la ayuda altruista, el corazón descubierto y valiente, los que esperan su mirada, su ternura, su verdad. Por toda la geografía andaluza sigue dejando huellas de amor nada invisibles, gotas de humanidad que pueden no parecer suficientes pero que van formando ríos de gratitud. Como si se tratase de una letanía de corazones es capaz de repetir los nombres de seres inocentes que para siempre irán prendidos en sus ojos hermosos. Lo suyo no es un trabajo, ni siquiera una vocación, es un destino elegido con el único fin de subrayar que las personas, sobre todo las más indefensas e inocentes, están por encima de cualquier cifra, de cualquier estadística, de cualquier subterfugio de la presunta inteligencia de los otros. Soy afortunado porque son muchos los que llaman a su puerta, y a mi hace un tiempo que sin yo saber muy bien por qué, me dio las llaves. Gracias.

viernes, 1 de junio de 2012

EL AMOR HERIDO

Libélulas grises brillando en la oscuridad. Gotas que se desprenden del erial de los silencios. Constelaciones bordadas en la piel de mis latidos guiando ya a los cometas que miraban nuestros labios desde la altura insondable de atardeceres eternos. Palabras arrastradas por las olas de un Dios irreverente, jugador de cartas marcadas y poderes justicieros que hoy condena corazones furtivos que se aman en lo oscuro, mientras espera agazapada una dama no invitada que es sabia, altanera, triste y cobarde. Versos callados siempre incomprendidos, perseguidores nerviosos de metáforas huecas que mueren en los senderos del pensamiento y secan distancias y ahogan ríos cuyas corrientes siempre seguirán buscando el rastro de unos ojos. Nunca podrá ser poeta quien calla los sentimientos silenciando palabras en el olvido de unas letras que no dicen nada inundadas ya del lodo nacido de otros polvos levantados en las noches de gemidos imitados y sueños incandescentes. © Rafael Mérida Juan Mayo 2012