Cita:

"Todo necio confunde valor y precio".
Antonio Machado

martes, 14 de septiembre de 2010

TURANDOT

         Todo estaba en su mirada.
Lo entendí muy tarde, mas todo desde el principio estuvo en su mirada. Llevaba tanto tiempo buscando razones, que cuando las tuve delante, mis sentidos se habían extraviado y no supe distinguir que ya había hallado, que no era necesario seguir buscando, pero seguí escudriñando huellas erróneas que a nada me llevaban. Ahora lo sé. Todo estaba en su mirada.
         Giacomo Puccini dejó inacabada la ópera Turandot, dicen que fue porque murió antes de poder culminarla pero es probable que no supiera como finalizarla, otros se empeñaron después en hacerlo por él, pero hoy sigue inacabada y siempre permanecerá inacabada, también ahora entiendo por qué.
           La princesa de hielo vio convertido su corazón helado en fuego gracias a Calaf, mientras Pui moría de verdadero amor. ¿Quién puso más?, ¿quién merecía un final feliz?
          Todo, y el amor por encima de todas las cosas, es tan relativo.

10 comentarios:

erato dijo...

A veces, mi querido amigo, nos deberían enseñar a hacerle más caso a la intuición, a desechar la razón y quedarnos a vivir en una mirada.Otras, sería mejor huir.
Es bellísima esta entrada.Guarda junto a esos ojos y la historia de Puccini ese algo que une corazones tras las fronteras.Tus palabras tienen el olor y sabor de las frambuesas hoy. Permíteme este enlace que te mando.Mientras la escucho, me paseo por tus letras una y otra vez y hacen de mi tarde, un momento especial.
Un abrazo de admiración y ternura.

http://www.goear.com/listen/2cbbf6e/una-furtiva-lagrima--juan-diego-florez

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Gracias por la canción, es preciosa y por seguir mis letras, dejándome comentarios tan especiales.
Nunca había ido a la ópera y la pasada primavera lo hice por primera vez. Turandot me encantó, fue un día mágico y también fue un punto de inflexión, entonces escribí este texto y ahora lo he desempolvado.
Tengo suerte...
Un abrazo hasta tí.

Marta dijo...

Qué te voy a decir que no te haya dicho ya. Me gusta mucho lo que escribes y sobre todo lo que eres capaz de ver. Estoy aprendiendo a descubrir muchas cosas gracias a tí que de otra forma pasarían desapercibidas, eres una sorpresa contínua. Y sabes? Voy a estar no me importan los molinos de viento se llamen como se llamen.
Besos.

WILLOW dijo...

Hola Rafa, Guapeton!
Puccini es mi debilidad, su forma desgarrada, derrotada y añorante de ver siempre el amor, me recuerda que no siempre se comen perdices, y no por ello deja de ser amor. Amor intenso y febril.

no creo que no supiera como acabarla, siento que lo sabía muy bien y por eso se llevó el secreto a la tumba...

¡ me encanta Rafa! bueno, me gustas tú, ea. jajajaja.

montoncitos de besitos!

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Gracias Marta, pero yo no te enseño nada, tú sabes ver y eso no está al alcance de todo el mundo, tú saber ver incluso lo que no está o lo que no existe.Algo de eso debe ser la fe y no he conocido a nadie que tenga o aparente tener más fe que tú.
Los molinos de viento no tienen nombre, las mujeres si lo tenéis, pero eso siempre es lo menos importante de lo que atesoráis.
Gracias por lo de "voy a estar", yo también dije eso algunas veces y no siempre estuve.
Un beso.

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Hola willow, que alegría me da verte, sea donde sea. Amor intenso y febril, bien definifido, Puccini ha sido la excusa perfecta para mí texto y la tuya para comentarlo.
Que grande Puccini.
Puede que sí, que supiera cómo terminarla o puede que le diera miedo terminarla, los que lo hicieron por él quizás no supieron leer lo que transmitía.
Gracias por la declaración, a mí también me gustas tú, ahora puedes ponerle el fondo que quieras, Puccini o cualquier otra música adecuada.
Otro montón de besitos para tí.

Anónimo dijo...

Soy Sergio, de Granada. Franco Al fano concluyó la última ópera del excelente Puccini.

Con esta obra, y con el cuento de Carlo Gozzi que la inspiró, se aprecia cómo el amor está por encima de todo.

Un abrazo, Rafa.

Anónimo dijo...

Franco Alfano

Anónimo dijo...

A mi me dan pena las cosas que terminan... pero siempre terminan, y comienzan otras, y así es la vida una cosa rara y corta, llena de ilusiones, de bajadas y subidas.

A lo mejor la clave de no sufrir es no poner nunca la palabra The end.

Jezabel

RAFAEL MÉRIDA dijo...

GRacias Jezabel por tu visita. De alguna forma tenía que terminar Turandot, con PUccini o sin él, a fin de cuentas sólo es una ópera, pero como si fuera la vida, no?
Un beso.