Cita:

"Todo necio confunde valor y precio".
Antonio Machado

martes, 21 de septiembre de 2010

NO TE ACUERDAS

     Seguro que no te acuerdas. Fue una tarde de verano que quisimos bebernos de un trago con la esperanza de que no fuese única.
    El sol avanzaba. Como todos los estíos lo hacía cansinamente, como no queriendo marcharse, las horas pasaban pero él seguía abrasando las calles de una Sevilla que comenzaba a llenarse de fantasmas, hacía calor como está mandao y los grillos afinaban para convertirse en banda sonora de la velada que se adivinaba.
    Al fin, el astro rey se ocultó, mas todas sus luces seguían refulgentes brillando en tus ojos y nuestros labios, dulces, húmedos, ansiosos, preludiaban una noche inolvidable.
   Cenamos en aquel lugar al que no he querido volver para no alterar la brisa que allí nos visitó y que hoy sigue dando vueltas por algún rincón de mi alma.
   Mis sentidos no se cansaban de percibirte y seguían avariciosos pidiendo más.
Pugnamos por ver quién pagaba la cuenta sabiendo que aquello no tenía ninguna importancia pero fingiendo que la tenía, ahora sé que todo fue demasiado barato, que nunca pude saldar la deuda que día a día se había ido acumulando en el debe.
   Salimos de allí besándonos como dos adolescentes para los que aún era demasiado temprano, como si estuviésemos descubriendo aún algo nuevo, y fuimos camino de tu casa donde nos esperaba la evidencia que queríamos disimular.
  No hicieron falta preliminares, excusas ni dilaciones, nos desnudamos enamorados, nos abrazamos encendidos y fuimos demorándonos en cada rincón del cuerpo ajeno. Hablamos callados y confundimos gemidos mientras los grillos, ahora sí, cantaban sin que nosotros los escucháramos.
   Después cerramos los ojos, tú antes que yo, piel con piel. Solté tu mano para dormir solo pero a tu lado como siempre lo había soñado. Entonces hubiese querido congelar, detener el tiempo. Que nada ni nadie pudiese alterar ese momento que las sombras ocultaban de los ojos del mundo, tú y yo, solos tú y yo, sin lugar, sin espacio, sin medida, tú y yo enamorados y entrelazados, escribiendo sobre el terciopelo siempre dispuesto de la epidermis prójima.
    Aquella, sin yo saberlo fue la última vez de muchas cosas, de haberlo intuido hubiese podido despedirme de tanto milagro como provocabas.
    Seguí viviendo mi falsedad a orillas de ese mar que tú tanto amas y nos fuimos alejando, llevé mi barco a alta mar sabiendo que seguía dejándote en el puerto de mi desidia y tu faro dejó de iluminar mis caminos para volver tu luz hacia otros senderos, y tú y yo comenzamos a borrarnos haciéndonos cada vez más imperceptibles.
    Hoy añoro aquel epílogo que cerró el libro más hermoso de mis días, y todo sigue tan distinto sin ti…


14 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bo ni to Rafa. Es de una ternura y una sensibilidad... Me encanta como sientes y como lo trasmites

LOLA

Ale dijo...

en ultima hora de la noche, leer algo con sencibilidad extrema da gusto, te deja con buen sabor de boca para ir a la cama. Aledis

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Muchas gracias Lola por tu visita y por la noticia tan buena que compartiste hoy conmigo.
Me alegro que te guste, pero en esto hace mucho también la sensibilidad de quien lo lee.
Un beso.

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Gracias Aledis o Gladys Carolina por tu comentario y por visitar este rincón. Te debo un correo que espero escribirte pronto.
Me alegra que te guste el texto, pero como he dicho antes en otro comentario, la sensibilidad de quien lo lee hace mucho.
Saludos.

Marta dijo...

Bueno el relato es muy bonito como todo lo que escribes aunque a mí no me guste del todo supongo que sabrás por qué, en realidad no has cambiado mucho.
Suerte hoy. Y sigue en pie la invitación tú decides.
Un beso.

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Ya te lo he dicho antes, pero muchas gracias Marta una vez más. Quédate con el hecho de que el relato sea bonito y no pienses en otros detalles. Gracias por lo de la suerte, pero ya ves que no me he equivocado, lo he acertado casi todo, y gracias por la invitación y por estar.
Otro beso. Como dice una querida amiga que pulula por estos lares "La vida son momentos compartidos".

Maria G. Vicent dijo...

Sí, mi querido Rafa, la vida puede ser ¡tan diferente cuando llevamos en nuestro corazón una ausencia!... y la plasmas con esa sensibilidad tuya que consigue ponerme los pelillos de punta. Un abrazote

RAFAEL MÉRIDA dijo...

María, me alegro mucho de encontrarte por aquí y de que te haya gustado el texto. Gracias por tu comentario y cuando puedas díme cómo te puedo seguir si tienes algún blog y si puedo comprar en algún sitio aquí en Sevilla, tu libro.
Un abrazo grande.

erato dijo...

Si lamento mis días de ausencia es por las bellezas que me pierdo como esta tuya.Siguen provocándome tus letras el escalofrío de la empatía y la sensibilidad compartida; la elección de las palabras precisas y acertadas, la melancolía y añoranza contada de forma única e irrepetible.¿Quién podría olvidar momentos vividos como esos que tú cuentas hoy?Eres grande, amigo.Un abrazo entrañable y te escribiré.Lo prometo.

ChiSpark dijo...

Una historia completa, Rafa, planteamiento, nudo y desenlace pintada con sensibilidad y coloreada de sensualidad. Esto escrito ha tenido que ser vivido para poder transmitirse , yo, al respecto no tengo dudas, especialmente viniendo de ti.
Hoy leía a Ángeles Mastretta en su blog Puerto Libre -elpaís.com- y coincido con ella. Dice así:
"Porque uno escribe para saber, para saberse"
Fuertes abrazos, Rafa

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Gracias Erato. Yo lamento tu ausencia temporal porque soy yo el que pierde y porque me temo que en esta ocasión la misma no era voluntaria.
Como siempre eres demasiado generosa conmigo tal y como se desprende de tus comentarios elogiosos. Lo que sí es cierto, es que nuestro amor a las letras no son las únicas coincidencias que se dan entre nosotros y eso me gusta. Un abrazo grande para ti amiga.

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Gracias Chispark por tu visita que como siempre da valor a este rinconcito.
Te agradezco el comentario y como bien dices, hay que vivir determinadas situaciones para poder contarlas.
Abrazos también para ti.

Anónimo dijo...

Rafa, poco a poco me voy poniendo al día con tus textos y veo cosas nuevas, tus sentimientos y tu sí, los mismos de siempre, pero tu manera de trasmitirlo es aún si cabe más intensa y mejor que nunca. Me ha encantado tu texto y esa sensación de haber tenido y haber perdido... a todos nos es familiar, porque todos la hemos pasado alguna vez
Jezabel

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Bueno Jezabel, aquí he tirado un poco de los recuerdos, este texto tiene algún tiempo, pero si creo que es de lo más intenso que he escrito, sobre todo porque es muy real.
Un beso.