Cita:

"Todo necio confunde valor y precio".
Antonio Machado

lunes, 28 de febrero de 2011

SER Y ESTAR


Sentí cómo llegaba una tarde de febrero, aunque en realidad había comenzado a aproximarse hacía mucho tiempo tomando los atajos que las metáforas inventaban para ella, haciendo más estrechos los senderos que las palabras provocaban desde diferentes geografías, agudizando los sentidos propios y ajenos en un ejercicio de naturalidad compartida.
A las cumbres del mediodía asomaban los aromas de una primavera apenas abocetada que sigilosamente acortaba las distancias.
No vi que trajera equipaje, aparentemente sólo unos ojos misteriosos revestidos de una pátina diferente y unas manos tendidas suaves y cercanas que no parecían recién llegadas y entonces no tuve ninguna duda de que había llegado para quedarse.
Los adverbios de tiempo dejaron en blanco sus deseos de definirse como dueños del poder absoluto y sólo fueron los latidos los que dieron pie a la confianza, los que hicieron derretirse, como la nieve ante el sol de junio, todos los infundados temores de las prisiones inventadas.
No parecía traer equipaje pero me equivoqué, traía su corazón y en él, todo lo suficiente para que ya no pudiera salir del mío.
Los andenes del futuro están aún vacíos pero sé que se llenaran de más besos, de abrazos que aún nos debemos después de horas sumergidos en el húmedo universo del otro.
Mi equipaje también ha quedado guardado en la consigna del olvido, me ha bastado con saber conjugar acompañado dos verbos, ser y estar.

lunes, 14 de febrero de 2011

ORQUÍDEAS BLANCAS Y MALVAS

Durante dos días el sol ha sido un aliado que ha querido encaramarse a la tapia fría del invierno para ver cómo llegaba la Dama de Oriente.
Las risas se han tatuado en la piel del tiempo y un semi niño asustado ha sentido el cobijo de unos ojos que desde el primer instante llegaron con la certeza común de quedarse.
Los naranjos que colorean la ciudad se han agitado nerviosos y agradecidos por haber sido invitados a la mirada embelesada y sorprendida de quien casi todo lo hace fácil.
Hay palabras que no se dijeron, abrazos que resistieron más allá de los deseos, prisiones que el corazón no se atrevió a asaltar y colores y latidos, muchos colores y latidos que han cambiado para siempre el paisaje de un alma que sigue jugando a estar herida.
Las orquídeas blancas y malvas que ella vio son otro regalo, uno más que enriquece a quien siempre espera sin darse cuenta de que todo está llegando.
Los andenes de la tarde siempre saben a despedida y el sol que lo conoce mejor que nadie, fue el primero en marcharse.
El viento habló en mitad de una furiosa lluvia, también los ojos de Occidente quisieron disputarse a la Dama, mas su llanto fue en vano, Oriente también la echaba de menos.
Pero todo es relativo o tal vez no porque hay verdades que se sienten cuando dos almas se tocan más allá de las evidencias, de las dudas y de la “soledad acompañada”.

jueves, 3 de febrero de 2011

CONTAR CONMIGO

En la madrugada he oído la voz que ya no escucho. El cansancio venció a las ganas de seguir inventando y como un milagro vaticinado, he soñado en colores. Quizás por eso el despertar haya sido tan escarpado, tan parecido al de otros muchos días. En la calle hace frío, pero soy afortunado, hay quienes siempre tienen frío, hay quienes siempre tienen calle, hay quienes no sueñan y andan cansados de andar cansados.
Las caras se repiten, en el autobús, en el trabajo, nada parece alterar nada y sin embargo todo es diferente cada día. La lucha contra el alien y los fantasmas continúa pero no estoy solo.
De nuevo abro de par en par mi ventana al mundo y entre la hojarasca de la rutina, asoma una canción, una sonrisa, y se coloca en primer plano. Por un momento ya no veo más mundo que el nacido de esos reflejos.
Palabras hermosas que no serían nada sin un corazón sincero, todo viene del mismo lugar. El epicentro está localizado, todo lo ha traído la misma sensibilidad, la misma mano, la que llena de interrogantes sin miedo los andenes, la de los tés regalados con sabor a fruta y a tardes compartidas, la de la filosofía cotidiana de lo fácil, de lo diferente, la de los poemas de ida y vuelta declamados con la seguridad de lo que no es corriente.
No hay que hacer nada, todo lo hace la naturalidad, la comodidad, la tranquilidad de saber que uno se encuentra en buenas manos. Yo no tengo las palabras que quisiera decir pero Benedetti me las acerca hasta Macondo “Compañera usted puede, puede contar conmigo…”.