Cita:

"Todo necio confunde valor y precio".
Antonio Machado

lunes, 20 de diciembre de 2010

ME VA LA VIDA EN ELLO

"Pero, quiero que me digas, amor, que no todo fue naufragar por haber creído que amar era el verbo más bello. Dímelo, me va la vida en ello". LUIS EDUARDO AUTE

En Macondo todo parece ser posible. Se entremezclan la fantasía y la realidad sin que uno logre adivinar dónde termina una y comienza la otra, sin que uno distinga cuál es la línea que las separa.
Llegué aquí buscando de lo que huía o huyendo de lo que buscaba, no sé bien.
Ahora la luz que en realidad todo lo guiaba se ve menos que nunca, su haz luminoso parece haber encontrado otros barcos que alumbrar o puede que mi nao zozobre porque yo, torpe timonel no veo.
Percibo otras señales, tal vez equivocadas, difíciles de interpretar. No sé si tengo el derecho a buscar ese otro faro que durante tanto tiempo me sirvió de guarida, me abrigó y al que yo decidí ignorar. No sé si la inexperta llama de quien aún no ha calibrado la inmensidad del mar puede ser para mí, si yo merezco distraer sus jóvenes sueños. No sé si la cercanía que siento desde la distancia es suficiente, es necesidad o es remedio, si se transforman en espejismo unas palabras que hacen las veces de puerto donde atracar.
Brillan las aguas como si todas las estrellas con sus reflejos quisieran adornar una luna virgen y siento que me ahogo en un naufragio de miedos argumentados.
De repente estoy rodeado de tablas de salvación pero también tengo miedo de hundirme con ellas, de no elegir la más apropiada, la que me haga salir a flote y me lleve hasta la orilla.
En Macondo todo parece ser posible, incluso que aparezca ante mis ojos un mar que no existe cerca de estas tierras y que ya buscaron alguno de los Buendía.
RAFAEL MÉRIDA

jueves, 9 de diciembre de 2010

GRANOS DE ARENA

Me aprendí su cuerpo en ordenada progresión, más allá de la imposible geometría de dos almas que fui asumiendo en largas noches de insomnio en las que ella fue siempre mi cafeína.
Un grano de arena fue cayendo, otro, otro, uno más...crearon montañas de tiempo incomprendido y volví a dormir, mas los sueños ya no me visitaban y en la sorpresa de una mañana por estrenar, encontré huérfanos sus pechos sin lograr reconocer que eran los de ella y supe que no había comprendido nada.
De memoria me aprendí sus ojos en un desorden de caos deshabitado, prendido de miradas ebrias de tanto vértigo reflejado y volvieron a caer los granos de arena, otro, otro, uno más…mis pupilas se fueron acostumbrando a la penumbra de su extravío y en el silencio de una tarde, otra voz que no era la suya ni la mía, recitaba un poema que le escribí un otoño y entendí que no había sabido ver nada.
Busco. Encuentro. Gano. Espero. Pierdo. Lloro. Vivo y vuelvo a buscar y siguen cayendo los granos de arena, otro, otro, uno más…